Los comerciantes insisten que el comercio logroñés es un comercio seguro.
No comparten el cierre decretado mientras sus gastos continúan.
Reiteran la necesidad de que las intervenciones cuenten con los informes técnicos sobre el impacto en la ciudad tal y como pide el COAR.
Denuncian que las acciones de Calles Abiertas las está diseñando una sola empresa adjudicada “a dedo” por el Gobierno local.